La meditación es una práctica para relajar y calmar la mente y el cuerpo. Mientras que estamos meditando utilizamos la conexión física y espiritual. Podemos practicarla de diferentes maneras incluyendo centrar la conciencia en silencio para relajar el cuerpo y mente de la persona.
Primero, les recomiendo encontrar un lugar silencioso y tranquilo donde no les molesten. Siempre procura reservar un tiempo determinado para usarlo solo para meditar. Luego, siéntate en una postura cómoda a la que puedas mantenerte por un mínimo de 20 minutos tales como con las piernas cruzadas, de rodillas en una banqueta o recostado en una colchoneta. Lo más importante es estar cómodo y evitar hacer fuerza.
Luego, cuando tu mente viaje por pensamientos, imágenes o ideas, respira suavemente. Al darte cuenta de que la mente está vagando, simplemente observa sin distraerte si lo estás haciendo bien o mal. ¡Lo más valioso es manejar la respiración!
Durante la meditación debemos dirigir la atención hacia una palabra, sonido o imagen. Debemos tranquilizarnos para que se abra la paz que procede de nuestro interior. Te sugiero no meditar por mucho tiempo al principio, ya que un principiante lo mejor es meditar más a menudo y durante cortos periodos de tiempo. La meditación se trata de adquirir una conexión espiritual que te ayude a liberarte de hábitos negativos que implican codicia, deseo, antipatía, ira, y miedo.
¡Espero que les haya gustado este tercer capítulo de nuestro blog, tanto como nosotros disfrutamos escribirlo! ¿Cuéntenos cómo fue tu primera experiencia meditando?