El concepto de equilibrio hace referencia al estado que pueden tener los cuerpos cuando las fuerzas que los conforman se encuentran balanceadas. Cuando hablamos de la parte emocional, es aquello vinculado a la emoción y el ánimo de la persona. Por tanto, el equilibrio emocional hace referencia al justo balance entre las fuerzas internas de la persona que lo llevan a estar en paz consigo mismo y con el mundo que en el que lo rodea.
Alcanzar este estado no es tan sencillo como puede sonar, ya que requiere una gran empeño y esfuerzo diario para poder conseguir esta estabilidad. ¿Cómo podremos conseguir la paz interna que tanto necesitamos? ¿Cómo logramos perdonar aquellas personas que en algún momento de nuestras vidas nos hicieron sufrir?
Primero, si deseamos gozar de salud mental tenemos que aprender a identificar cuáles son nuestras necesidades. Y no me refiero a lo material, ya que esto no asegura nuestra felicidad. Para poder obtener un equilibrio emocional debemos conectarnos con nosotros mismos y así poder identificar qué es lo que nos daña y qué lo que nos hace bien.
La religión y la espiritualidad mediante sus prácticas favorecen los procesos cognitivos y la salud en nosotros. Conectarse con nuestros seres difuntos por mediación de un médium, bañarnos en una tina con pétalos blancos, meditar bajo la luna favorece a tres aspectos fundamentales: consigo mismo, con los demás y con el futuro. Es importante entender que para tener equilibrio emocional es necesario gozar de buena salud física y espiritual.
Cuando una persona goza de equilibrio emocional es capaz de hacer frente a las dificultades de la vida con seguridad y con una actitud positiva. Así que anímate a conectarte con tu ser interno, practica la meditación, haz yoga con tus amigos, mueve los muebles de tu casa según el Feng Shui. ¡Tan solo así, desatarás nudos y obtendrás este equilibrio que tanto necesitamos!